miércoles, 11 de mayo de 2011

DONDE DA LA VUELTA EL AIRE

He pensado en todos los cantares de los cantares, todas las revoluciones y todas las batallas filosóficas que nos trajeron esto que conocemos como la palabra verdadera hasta nuestros días, la que nos hace humanos y nos diferencia de los lobos en una manada hambrienta. Pero he soñado otra vez con lobos, en cazadores sin escrúpulos de focas en el ártico, en las tapias de los cementerios horadadas de vergüenza y cobardía.

Nombro a la poesía como respuesta a lo inexplicable de uno mismo, como una reacción en cadena para sacudir a los que aún siguen pensando dormidos a la esspera de que todo transcurra como el fluir de un río atorado de escollos y saltos suicidas. Qué ciega es la ignorancia del fatal destino(allí los ríos caudales,/allí los otros medianos/y más chicos,/allegados son iguales,/los que viven por sus manos/y los ricos).

He pensado en los maestros que no tuve pero no estoy triste. Yo ya no quiero nadie que me enseñe, no quiero que me castiguen por haber vivido en la disparidad de los que iba descubriendo y que otros me exijan doblegarme ante su verbo y hegemonía.No hay mayor amargura que ser testigo del descrédito de un maestro que se anula así mismo en sus ofensas Niego ese reino y compadezco a su corte tocada en el oro inmóvil por su sometimiento.


Hay ocasiones en que el silencio no es cuestión de valientes, no hablo desde el alegato subversivo, sino desde el dique que ha de sofocar las aguas revueltas en este asunto. Ni tú, ni yo ni el otro somos del mismo grupo…gran riqueza ésta de sentimientos poliédricos. Pero me niego a ser/creer de todo aquel que se obceque en imponerme con un argumento vacuo y sin justificación alguna su doctrina execrable de separatismos que ningunean a los que libremente claman con sus voces en otra dimensión de silencios al toque de queda.


Sí, creo necesaria una invocación sincera a que ya nada ni nadie detenga este torrente de voces que, hasta ahora, se han mantenido prudentemente en su libre decir y hacer. Que corra el aire fresco. Es tiempo de celebración. Frente a tan ruin nivel de desprecio, pido la palabra.