domingo, 30 de diciembre de 2012

CONJURO PARA EL MAL DE OJO




Distinguir una cotorra de una gaviota
 Usar gafas cristalinas en las tinieblas
 Proteger la fórmula original del alba
 Del falso precio de la corona
 Mirar al mar de frente y desde atrás
 Con escamas de ballena azul
 Hacer sopa boba de gallina vieja
 Celebrar la tempestad para que el rayo parta
 Al que no sepa hacer de la risa un puro semental
 Calentar las manos al que tiembla
Bajo nuestro techo y custodia
 Hervir en la noche y cribar el deseo
 Del sudor excesivo de la franela
 Mojar un calcetín en café
 E inmolar las líneas del destino
 En un pie desnudo
 Nombrar huésped distinguido
Del atlas carnal
Al ángel custodio
 
 Volver al mar. Pisar la arena.
  Despedir pues, sin pañuelitos blancos,
 A las olas que van, lamen y desaparecen
Que no hay oro, ni baile, ni coronas
 Digan lo que digan los naufragios
 En sus últimas jaculatorias